martes, 10 de agosto de 2010

DESESPERACIÓN

¿Alguna vez has corrido tanto que sentías tu corazón latiendo en la siene?, ¿Qué tus pies parecían palpitar?, ¿Qué creías que en algún momento ibas a caer y nunca más levantarte? Yo ya no.
Aunque corra con todas mis fuerzas, no logro cansarme, a pesar de que el sudor cubre completamente mi rostro, y que mi corazón palpita con todas sus fuerzas. No logro dejar de correr.
Siento la sangre recorriendo mis venas a toda velocidad, mi corazón acelerado, el sudor que cae desde mi cara y todo mi cuerpo. ¿Por qué después de días de imparable recorrido no me detengo?
En la desesperación por encontrar un motivo, olvido quién soy, por qué hago aquello y en dónde me encuentro, ¿Soy en realidad quien quiero ser? ¿O sólo soy quien los demás quieren que sea? Eso no importa ahora… Lo único que interesa es hallar la meta que ni siquiera sé dónde está, o si en realidad existe.

Poco a poco voy perdiendo mis emociones, pensamientos y recuerdos que alguna vez tuve. Ya no quiero olvidar. Ya no quiero correr.
Camino, salto, giro, y hasta a veces siento que vuelo. Aunque no encuentro el motivo, me siento feliz, y a la vez enojada conmigo misma. Trato de detenerme y pensar, pero me es imposible. Intento llorar, mas las lágrimas no brotan de mis ojos.
Mientras busco lo que no sé, mientras olvido lo que alguna vez fui, y no pienso en lo que seré, me siento atraída por algo que me aleja de lo que hace mucho tiempo creí que era la realidad.

Ahora me encuentro rodeada de una luz blanca y cegadora, que obliga a mis ojos a no mirar. ¿Dónde estoy? ¿Cuándo podré salir de aquí? Finalmente logro detenerme y observar a mi alrededor: todo es completamente nuevo para mí. ¿Éste será el cielo, o el infierno? ¿Es donde podré relajarme y olvidar todos mis problemas y temores? ¿O sólo he llegado hasta aquí para darme cuenta de todas las crueldades que he cometido? No lo sé, pero tampoco estoy muy segura de querer descubrirlo.
¿Habrá alguna escapatoria, otra salida? No me importa cuál sea, sólo quiero regresar a mi hogar lleno de colores y momentos cálidos.
Cierro los ojos e imagino mi cuarto, mi casa, a mi familia y amigos. Y pronto, todo lo demás comienza a alejarse lentamente, volviéndose cada vez más pequeño y borroso, como un recuerdo muy lejano…

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